El tesoro de Guarrazar. Robos, tumbas y nazis

             


El tesoro del Guarrazar. Robos, tumbas y nazis


El 25 de agosto de 1858, una joven llamada Escolastica, de 21 años, que quería ser maestra iba desde Toledo hasta Guadamur, junto a su madre y su padrastro, Cuenta la historia que a escolástica le pasó lo que nos ha pasado a todos cuando vamos de camino en carretera le entró ganas de hacer pis y a falta por aquel entonces de bares de carretera decidió ocultarse tras una tapia desvencijada que se encontraba al borde del camino junto a una fuente. El día anterior unas fuertes lluvias habían arrastrado la tierra que sin ella saberlo ocultaba dos tumbas de un antiguo cementerio.

Se disponía Escolastica a hacer sus necesidades cuando vio algo brillante en el suelo: Estando agachada, me imagino que en posición, vio lo que parecía un anillo, pero al cogerlo se dio cuenta de que estaba sujeto a unas cadenas de oro.

Francisco Morales, su padrastro, y María Pérez, su madre, acompañaban a Escolástica en el camino, y Francisco sí pudo levantar la losa y coger un puñado de esas joyas. Asombrados decidieron regresar al amparo de la noche para no ser vistos y así extraer el resto del tesoro de la tumba.

Así lo hicieron y a la luz del candil fueron sacando un conjunto de coronas votivas de oro, piedras preciosas, perlas, cruces, cálices y otros objetos (siglo VII) ocultos en una arqueta de 70 por 70 centímetros y algo más de un metro de profundidad.y que fueron lavando en la fuente cercana

El tesoro estaba en un terreno que llevaba diez años abandonado, junto a unas huertas que llamaban del Guarrazar. En aquella época muchos hortelanos pasaban la noche en los campos para empezar a trabajar temprano y es lo que al parecer hizo Domingo de la Cruz, que se sorprendió al ver luz de noche y movimientos en la parcela y cuando la familia se marchó, se acercó para curiosear. De esta forma encontró una segunda losa con un tesoro muy similar.

El hortelano Domingo, pensando cómo vender ese tesoro sin levantar sospechas, decidió llevarlo a un platero toledano amigo suyo al que pidió que le sacara las joyas a las coronas y fundiera el oro para así poder venderlo poco a poco

Por otro lado la familia de Escolástica decidió consultar a un conocido profesor de francés y aficionado de la arqueología.

Este les propuso que él compraría los terrenos en donde se habían encontrado las coronas, para que pudieran venderlas legalmente y posteriormente se repartirían el beneficio

Así lo hizo, comprando el terreno por el triple de su valor y vendiendo las coronas a través de un joyero de francés al Gobierno de Francia



Cuando se descubrieron las coronas en Francia, España las reclamó pero Francia hizo la observación de que estaban bien compradas y que de ninguna manera las devolvería.

Se destapa el hallazgo


La noticia salió en los periódicos españoles destapándose el hallazgo y el hortelano se dio cuenta de que ya no se iba a poder vender las joyas tan fácilmente, así que las que le quedaban sin desmontar decidió regalarselas a la reina Maria Cristina. Esta se lo agradeció dándole un dinerito al mes para que viviera bien


Maria Cristina las expuso en la armería del palacio real pero durante la mañana del 4 de abril de 1921, la Corona de Suintila fue robada y jamás se pudo seguir su rastro. También desapareció un trozo de corona de enrejado. El robo se divulgó poco, solo La Época hizo una publicación más extensa con grabados, para que sirviese de guía en la búsqueda de lo sustraído. Al parecer fueron localizados los autores del robo, pero no los objetos sustraídos.

Para poner el colofón a esta historia y por si fuera poco, en 1941, con una Francia ocupada por los nazis, el lugarteniente de Adolf Hitler, Heinrich Himmler, devolvió al Gobierno de Francisco Franco buena parte del hallazgo, además de piezas arqueológicas como la Dama de Elche. Hoy en día, gran parte del descubrimiento se puede admirar en el Museo Arqueológico Nacional y en el Palacio de Oriente, en Madrid, mientras que otras joyas se conservan en el Museo de Cluny.



Cuando se halló el tesoro José Amador de los Ríos realizó excavaciones en el lugar (abril de 1859), pero Guarrazar volvió a caer en el olvido hasta que entre 2002 y 2005 el arqueólogo alemán Christoph Eger intervino en la zona y, sobre todo, desde que en 2013 se iniciaron las excavaciones dirigidas por Rojas, que además de director arqueológico gestiona las actividades de este yacimiento declarado Bien de Interés Cultural en 2016.



La historia del Tesoro


Pero, qué hacía ese magnífico tesoro tras una tapia abandonada

Gracias a las investigaciones arqueológicas de Guarrazar, que dirige el arqueólogo Juan Manuel Rojas, todo apunta a que el tesoro perteneció a una rica e influyente basílica vinculada a los reyes visigodos Suintila y Recesvinto Santa María de Sorbaces.



Pero para entender su extraña ubicación tenemos que viajar en el tiempo al año 711 con la invasión arabe de la península-

A su llegada a Toledo muchas de las iglesias fueron expoliadas. Los reyes visigodos tenían por costumbre donar sus coronas a iglesias y monasterios como ofrendas, estas se colocaban colgadas encima de los altares

Probablemente los habitantes de la abadía escucharon las noticias y viendo su cercanía a la capital visigoda se apresuraron a esconder sus tesoros en el sitio en el que pensaban que los musulmanes no mirarian, el cementerio de la abadía, para posteriormente huir del lugar con ánimo de volver cuando todo pasara, pero los árabes se quedaron y el tesoro nunca fue hallado hasta qué Escolástica, por una de esas serendipias de la vida lo encontró.

Hoy, tras numerosos avatares, las joyas remanentes del Tesoro de Guarrazar se conservan en tres instituciones diferentes.


Donde ver el Tesoro



El Museo de Cluny En el Museo Arqueológico Nacional y el Palacio Real de Madrid

Pero también podemos visitar el Centro de interpretación de Guadamur con visitas guiadas y actividades.

Una historia apasionante de película. Tesoros, Tumbas, nazis. Como véis, no le falta de nada


       




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